Revisado clínicamente por
Virginia Millán Carretero
Escrito por
Equipo OsteoStudio
Actualizado el
29 Agosto, 2025
¿Sientes dolor localizado que empeora con la presión o ciertos gestos? La bursitis es una causa muy frecuente de dolor en el hombro, cadera, codo, rodilla o talón y suele mejorar con un manejo adecuado. En OsteoStudio, nuestra clínica de fisioterapia en Barcelona, te valoramos con enfoque integrador, ecografía musculoesquelética y un plan de ejercicio progresivo adaptado a tus objetivos. Nuestro objetivo es que recuperes la función y reduzcas el riesgo de recaídas con un tratamiento claro y realista.
La bursitis es la inflamación de una bursa, un pequeño “cojín” lleno de líquido que reduce la fricción entre tendones, músculos y hueso. Cuando esa bolsa se irrita —por sobrecarga, microgolpes repetidos, postura mantenida, o tras un impacto— aparece el dolor, la sensibilidad al tacto y, en ocasiones, hinchazón o sensación de calor. Puede darse en muchas zonas: bursitis subacromial (hombro), bursitis olecraniana (codo), bursitis trocantérea (cadera lateral, también llamada trocanteritis o GTPS), prerrotuliana o anserina/pata de ganso (rodilla), y bursitis retrocálcanea (talón, cerca del Aquiles).
La buena noticia es que la mayoría de los casos mejoran en semanas con reposo relativo, control de cargas y ejercicio terapéutico bien pautado. Nuestro papel es identificar qué irrita la bursa y ayudarte a mover mejor para que deje de inflamarse.
Dolor al elevar el brazo, alcanzar objetos sobre la cabeza o dormir de lado. Puede coexistir con irritación del manguito rotador (supraespinoso) y sensación de “pinzamiento”. Suele doler entre 60–120° de elevación y al presionar el borde anterior-lateral del hombro.
Dolor en la parte externa de la cadera que empeora al estar de lado, al subir escaleras, correr o tras mucho tiempo sentado. A menudo hay sensibilidad sobre el trocánter mayor y debilidad del glúteo medio/menor. Evitar posturas con compresión lateral (cruzar piernas o estar en apoyo prolongado) acelera la mejora.
Aparece como una “bolita” o hinchazón en la punta del codo, con dolor al apoyar en mesa o escribir mucho tiempo (“codo de estudiante”). Un golpe directo o microapoyos repetidos la desencadenan. Si notas enrojecimiento intenso y fiebre, hay que descartar infección.
Dolor delante de la rótula (arrodillarse, limpiar en el suelo) o dolor medial-inferior (pata de ganso) que aumenta al subir escaleras o levantarte de una silla. Suele haber sensibilidad local y rigidez al iniciar la marcha.
Dolor en la parte posterior del talón, sobre todo al calzarte rígido o tras actividades con impacto. Puede coexistir con la irritación del tendón de Aquiles.
Los principales factores que influyen en la aparicion de la bursitis son:
Sobrecarga y gestos repetidos: levantar por encima de la cabeza, correr cuestas, arrodillarse, apoyar codos.
Golpes o presión mantenida: caídas, calzado duro, superficies de trabajo sin acolchado.
Desbalance de fuerza y control motor: debilidad de glúteos, rigidez de banda iliotibial, falta de movilidad de tobillo o cadera.
Biología y contexto: edad, algunos trastornos metabólicos (gota), antecedentes de artritis.
Técnica/ergonomía: puestos de oficina sin apoyo de antebrazos, mala técnica en gimnasio o running.
En la primera sesión realizamos una historia clínica (cuándo duele, qué lo empeora, qué lo calma) y una exploración funcional: movilidad, fuerza, control motor y pruebas de provocación específicas según la articulación.
Disponemos de ecografía musculoesquelética para confirmar el diagnóstico, valorar la bursa y tejidos vecinos y monitorizar la evolución. Esta prueba también nos ayuda a descartar otras causas (tendinopatía, roturas, cristales de ácido úrico) y a coordinar derivaciones si fuesen necesarias.
Cuándo derivamos de forma prioritaria: si sospechamos bursitis séptica (fiebre, escalofríos, enrojecimiento intenso, calor, dolor creciente, mal estado general), si hay trauma importante con pérdida súbita de función, o si el dolor no responde a un plan bien seguido. En esos casos coordinamos con tu médico para analítica/aspiración de la bursa y antibióticos cuando procede.
Los principales objetivos son:
Los tiempos orientativos varían: muchos casos mejoran entre 3–8 semanas; cuadros crónicos (p. ej., GTPS) pueden requerir 8–12 semanas de trabajo constante. Te daremos hitos de progreso (más tolerancia a la carga, mejor sueño, retorno gradual al deporte) para que midas tu avance sin ansiedad.
El ejercicio es el pilar del tratamiento. Seleccionamos y adaptamos movimientos según tu caso:
Hombro (subacromial): trabajo de escápula y manguito (elevaciones en plano de la escápula, rotaciones externas isométricas), progresando a cargas con banda/mancuernas sin provocar dolor >3/10.
Cadera (GTPS/trocanteritis): activación de glúteo medio (isométricos en pared, abducciones en decúbito), control de TFL/banda iliotibial y paso a sentadillas parciales, step-ups y marcha cuesta suave. Evita posturas de compresión lateral en fases iniciales.
Codo (olecranon): descarga de apoyos, movilidad suave y fuerza de tríceps/antebrazo en rangos cómodos; acolcha el apoyo si estudias o trabajas con el codo en la mesa.
Rodilla (prerrotuliana/pata de ganso): cuádriceps y cadena posterior con progresión de cuclillas parciales, zancadas asistidas y control de pisada.
Talón (retrocálcanea): movilidad de tobillo y excéntricos del Aquiles si están indicados, revisando el calzado.
El criterio de avance lo marca tu tolerancia: si el dolor pos-ejercicio vuelve a tu línea base en 24 h y no aparece inflamación, puedes progresar.
Usamos técnicas de terapia manual para modular dolor y mejorar movilidad (deslizamientos, movilización articular) como complemento del ejercicio. La educación es clave: pautas de descarga (hielo intermitente las primeras 48–72 h si hay inflamación, almohadillado del codo/rodilla), sueño (cambiar de lado o usar cojín entre piernas en GTPS), ergonomía (apoyos de antebrazo, altura de mesa, técnica de levantamiento) y gestión de estrés/carga semanal.
Estas herramientas se usan con criterio, explicando beneficios y límites. La intervención clave sigue siendo el ejercicio.
Ecoguía: nos permite objetivar la evolución y coordinar procedimientos médicos si se indican.
Ondas de choque: opción en GTPS o cuadros refractarios, siempre integrada a un programa de ejercicio.
Indiba: útil como ayudante para modular dolor en fases dolorosas, sin sustituir el trabajo activo.
Punción seca: en algunos casos puede ayudar a disminuir hipersensibilidad muscular asociada.
BFR (entrenamiento oclusivo): recurso avanzado para mantener/ganar fuerza cuando la carga pesada no es tolerable.
En casos seleccionados, tu médico puede valorar antiinflamatorios a corto plazo o infiltración de corticoide (por ejemplo, en bursitis subacromial o trocantérea con dolor persistente). Si hay sospecha de infección, la prioridad son antibióticos y, a veces, drenaje. Nos coordinamos con Traumatología/Rehabilitación para que el plan sea seguro y coherente.
Acude a urgencias si presentas: fiebre, mal estado general, enrojecimiento y calor marcados, dolor que empeora rápidamente, herida o punción previa en la zona, o enfermedades que bajan defensas. Mejor pecar de precavidos: ante la duda, te ayudamos a derivar.
Ajusta tu técnica: progresiones de volumen en running/gimnasio del 5–10 % semanal, calentamiento breve y vuelta a la calma.
Variabilidad de posturas: alterna posiciones y usa apoyos blandos para codo/rodilla si tu trabajo lo exige.
Calzado y superficies: revisa su estado si hay dolor en talón o rodilla.
Fuerza de base: 2–3 días/semana de trabajo global (pierna-cadera-tronco) reduce la fricción excesiva en las bursas.
Señales tempranas: si reaparece molestia, baja carga 48–72 h, prioriza ejercicios bien tolerados y retoma progresivamente.
Nuestro objetivo no es “apagar el dolor un rato”, sino resolver la causa mecánica y que vuelvas a tus actividades con confianza.
Valoración precisa con ecografía y tests funcionales.
Plan personalizado que integra ejercicio, educación y coadyuvantes (ondas de choque, Indiba, punción seca, BFR).
Acompañamiento cercano: medimos hitos, ajustamos cargas y te damos herramientas para tu autogestión.
La bursitis mejora cuando identificamos qué la irrita y ajustamos la carga de forma inteligente. Con una valoración precisa (incluida la ecografía) y un plan activo, es posible volver a entrenar, trabajar y dormir mejor sin dolor persistente. En OsteoStudio estamos para acompañarte en cada paso.
No dejes que el dolor limite tu día a día. Si tienes bursitis en hombro, cadera, codo, rodilla o talón, agenda tu valoración en OsteoStudio y empieza un plan con objetivos claros desde la primera sesión.
Nuestra clínica de fisioterapia está ubicada en el corazón de L’Eixample, muy cerca de ti, en Carrer de Balmes, 24, 1-1, 08007 Barcelona — junto a Gran Via de les Corts Catalanes.
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Nuestra misión es ofrecerte información de salud y bienestar clara, precisa y fácil de entender. Sin jerga ni terminología complicada, ni afirmaciones sin fundamento. Solo hechos verificados por un equipo de profesionales de la salud con experiencia dedicados a brindarte la información correcta.
Queremos ayudarte a tomar una decisión totalmente informada y de valor. Es por eso que, a continuación, respondemos varias dudas habituales que se suelen hacer nuestros pacientes.
Depende de la zona y del tiempo de evolución. Muchos casos mejoran en 3–8 semanas; los crónicos pueden requerir 8–12 semanas. Lo importante es progresar sin picos de dolor y mantener la constancia.
Generalmente no; solo es urgente si es séptica (fiebre, enrojecimiento intenso, malestar), situación que requiere valoración médica inmediata.
En la bursitis séptica, la más habitual es Staphylococcus aureus; también pueden intervenir estreptococos según el caso.
Muchos casos mejoran en 3–8 semanas; los crónicos pueden requerir hasta 8–12 semanas. Lo importante es progresar sin picos de dolor y mantener la constancia durante todo el tratamiento.
Sí, adaptando el volumen e intensidad. Mantén actividades que no suban el dolor por encima de 3/10 y que vuelvan a la línea base en 24 h. Ajustamos tu plan para que no pares del todo salvo que sea necesario.
En fases muy irritadas, hielo breve (10–12 min, 1–2 veces/día) puede aliviar. En fases subagudas, calor suave y movilidad ayudan. No sustituyen el ejercicio.
No siempre. Suele reservarse para dolor persistente pese a un buen programa activo. En caso de sospecha de infección, la prioridad es el antibiótico y valoración médica.
Puede recaer si se mantiene la causa (posturas, técnica, exceso de carga). Por eso reforzamos la fuerza, el control y los hábitos para que tu tolerancia mejore a medio plazo.
Si hay fiebre, enrojecimiento/calor intensos, dolor que progresa rápido o malestar general. También tras una herida o punción reciente en la zona.
OsteoStudio es una clínica de fisioterapia privada. Si dispones de un seguro médico con reembolso, puedes acudir sin problema: tras abonar la sesión, te facilitaremos una factura para que solicites la devolución a tu mutua. El reembolso suele cubrir entre el 80% y el 90% del importe o un número determinado de sesiones al año, normalmente entre 10 y 20, según las condiciones de tu póliza. Consulta más detalles aquí.
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