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Revisado clínicamente por
Virginia Millán Carretero
Escrito por
Equipo OsteoStudio
Actualizado el
11 Octubre, 2025
¿Dolor en el cuello que baja al brazo, con hormigueo o pérdida de fuerza? La radiculopatía cervical —también llamada “nervio pinzado” o cervicobraquialgia— es frecuente y, en la mayoría de los casos, mejora con un plan conservador bien dirigido. En OsteoStudio, nuestra clínica de fisioterapia en Barcelona, realizamos una valoración integral para identificar la raíz afectada, reducir la irritación nerviosa y devolverte la movilidad con ejercicio terapéutico y tecnologías de apoyo, siempre con un lenguaje claro y un seguimiento cercano.
La radiculopatía cervical ocurre cuando una raíz nerviosa que sale de la columna del cuello se irrita o comprime (por ejemplo, dentro del foramen intervertebral). Esa compresión puede deberse a una hernia discal, a cambios degenerativos (espondilosis, osteofitos), a un canal estrecho o a una combinación de factores. El resultado típico es dolor cervical que irradia al hombro y al brazo, acompañado de parestesias (hormigueo), adormecimiento y, a veces, debilidad muscular. No es sinónimo de “médula comprimida”: hablamos de raíces nerviosas, no de mielopatía. En ausencia de signos de alarma, la evolución suele ser favorable con manejo conservador.
La presentación más habitual es un dolor punzante que baja por el brazo siguiendo un trayecto concreto (dermatoma), con sensación de corriente o quemazón y, en ocasiones, pérdida de fuerza o torpeza en la mano. Algunas personas notan alivio al apoyar la mano en la cabeza (maniobra de abducción del hombro), porque así disminuye la tensión sobre la raíz. También es típico que ciertos movimientos de extensión o inclinación del cuello aumenten el dolor, y que mantener posturas de oficina prolongadas lo empeore.
Las dos causas principales son la hernia discal cervical (más común en personas jóvenes/activas o tras esfuerzos) y la espondilosis con formación de osteofitos y pérdida de altura discal (más común con la edad). Otros factores que pueden favorecer el pinzamiento foraminal son las posturas mantenidas con cuello en extensión o rotación, la debilidad de la musculatura cervicoescapular, el estrés sostenido (mayor tensión muscular), el trabajo con vibraciones, secuelas de un latigazo cervical y ciertos deportes “overhead” (raqueta, natación) si existe sobrecarga repetida. Identificar qué mantiene la irritación (hábitos, ergonomía, volumen de entrenamiento) es tan importante como tratar el episodio actual.
El diagnóstico es principalmente clínico. Durante la valoración medimos movilidad cervical, fuerza y reflejos, y usamos test provocativos que, combinados, orientan con bastante precisión.
Tras una explicación clara, realizamos estas maniobras solo si son pertinentes y seguras:
Spurling: reproduce el dolor irradiado con una combinación de extensión, inclinación y compresión axial. Suele ser específico cuando es positivo.
Distracción cervical: alivio de síntomas al “descomprimir” suavemente puede apoyar el origen radicular.
Abducción del hombro (signo de Bakody): si mejora el dolor al poner la mano sobre la cabeza, sugiere alivio tensional de la raíz.
ULNT (test neurodinámicos): evalúan sensibilidad del nervio a la tensión; útiles como parte de un cluster clínico.
Nuestro objetivo es calmar la raíz, recuperar la fuerza y el control motor, y darte herramientas para que el dolor no vuelva. Trabajamos por fases, adaptadas a tus síntomas y a la raíz afectada.
Combinamos educación (qué puedes hacer/evitar), analgesia pautada por tu médico si procede, movilizaciones suaves, terapia manual específica y neurodinámica progresiva para disminuir la sensibilidad del nervio. Introducimos movilidad activa indolora del cuello y escapular, respiración costodiafragmática y pausas activas si trabajas con ordenador. En consulta podemos aplicar tracción cervical dosificada cuando está indicada, con monitorización de síntomas.
Pasamos al fortalecimiento de los flexores profundos del cuello, retractores escapulares y rotadores externos del hombro, mejorando el “andamiaje” que descarga la zona. Integramos patrones funcionales de empuje/tirón y control postural, además de trabajos de control motor y resistencia. Cuando el dolor y la inflamación lo permiten, añadimos readaptación progresiva al deporte o a las demandas de tu trabajo.
Consolidamos la capacidad de carga, la variabilidad de movimientos y la exposición gradual a las posiciones que antes te molestaban. Si eres deportista, planificamos los volúmenes y la técnica (por ejemplo, overhead o fuerza), y si pasas muchas horas sentado, optimizamos tu ergonomía (altura de pantalla, reposabrazos, pausas).
Estas herramientas se integran siempre en un plan cuyo pilar es el ejercicio terapéutico y la dosificación adecuada.
Radiofrecuencia Indiba: coadyuvante para el dolor y el tono muscular en fases iniciales.
Punción seca: para tratar puntos gatillo secundarios que perpetúan la tensión.
BFR en readaptación: útil cuando queremos estímulos de fuerza con baja carga mecánica.
Si, pese a un programa bien ejecutado, persiste un dolor radicular intenso que limita la vida diaria, el especialista puede valorar infiltraciones epidurales selectivas. La cirugía (por ejemplo, descompresión/foraminotomía o artrodesis) se reserva para casos con déficit neurológico progresivo, dolor intratable y una correlación clara entre clínica e imagen. Nuestro papel es acompañarte en la decisión con información comprensible, antes y después del procedimiento.
Mantener una buena condición física general y una musculatura cervicoescapular fuerte es el mejor seguro. En el trabajo, alterna tareas, usa un soporte lumbar, ajusta la pantalla a la altura de los ojos, apoya los antebrazos y realiza micropausas activas (30–60 s) cada hora. Para dormir, prueba a acostarte de lado con una almohada que mantenga el cuello alineado; si te tumbas boca arriba, una almohada de altura media suele resultar más cómoda. Evita pasar de “nada” a “mucho” en actividades de carga o deportes de raqueta: progresa gradualmente.
En ausencia de alarmas, gran parte de los pacientes mejora de forma notable en las primeras semanas–meses con tratamiento conservador. En cuadros por hernia discal aguda, los síntomas más intensos suelen ceder en 4–12 semanas, y la recuperación funcional continúa después. Durante este proceso, la guía es tu síntoma: es normal notar “eco” de hormigueo a ratos, pero no debe aumentar de manera sostenida. Para volver al deporte, buscamos fuerza simétrica, control estable y tolerancia a las cargas del gesto específico sin recrudecimiento posterior.
En OsteoStudio combinamos una valoración clínica rigurosa, un plan de ejercicio terapéutico personalizado y técnicas como terapia manual, neurodinámica, tracción clínica, Indiba y punción seca cuando están indicadas. Nos enfocamos en lo que te importa: disminuir el dolor que baja por el brazo, recuperar la fuerza de agarre y devolverte la confianza para moverte. Te acompañamos con seguimiento entre sesiones y pautas claras para el día a día.
La radiculopatía cervical es tratable y, en la mayoría de casos, mejora sin cirugía. Un diagnóstico clínico certero, la dosificación del movimiento y el fortalecimiento cervicoescapular —apoyados por técnicas complementarias— son la base para disminuir la irritación del nervio y volver a lo tuyo con seguridad. Nuestro enfoque es claro: información sencilla, seguimiento cercano y un plan que tenga sentido para ti.
No dejes que el dolor cervical irradiado condicione tu vida. Si notas hormigueo, pérdida de fuerza o dolor que baja al brazo, damos el primer paso contigo. Reserva ya tu primera sesión en OsteoStudio Barcelona y comienza a notar el cambio desde el primer día.
Nuestra clínica de fisioterapia está ubicada en el corazón de L’Eixample, muy cerca de ti, en Carrer de Balmes, 24, 1-1, 08007 Barcelona — junto a Gran Via de les Corts Catalanes.
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¿Por qué colaboramos con revisores médicos?
Nuestra misión es ofrecerte información de salud y bienestar clara, precisa y fácil de entender. Sin jerga ni terminología complicada, ni afirmaciones sin fundamento. Solo hechos verificados por un equipo de profesionales de la salud con experiencia dedicados a brindarte la información correcta.
Queremos ayudarte a tomar una decisión totalmente informada y de valor. Es por eso que, a continuación, respondemos varias dudas habituales que se suelen hacer nuestros pacientes.
Primero conservador: educación, ejercicio terapéutico, terapia manual, neurodinámica y si procede, tracción; analgésicos según pauta médica. Infiltración o cirugía solo si hay déficit progresivo o dolor refractario.
Analgésicos y antiinflamatorios a corto plazo según tu médico; en casos seleccionados, fármacos para el dolor neuropático o relajantes por tiempo limitado. Evita la automedicación.
Muchos casos mejoran en 4–12 semanas con manejo conservador. La recuperación completa puede llevar varios meses según la causa y tus demandas.
Suele causar dolor que baja del cuello al brazo, hormigueo o pérdida de fuerza. Requiere valoración clínica para confirmar la raíz afectada e iniciar un plan activo.
Si no se trata, puede cronificarse el dolor y la debilidad. El daño permanente es poco frecuente, pero hay que vigilar las señales de alarma y ajustar el tratamiento.
Sí, pero adaptado. Empezamos con movimientos que no agraven los síntomas y progresamos la fuerza y el control. Si el hormigueo aumenta de forma sostenida o aparece debilidad nueva, te reevaluamos y coordinamos con tu médico.
Cuando está indicada y bien dosificada, puede aliviar. No es para todos los casos ni es el único tratamiento; se integra en un plan activo. Siempre la aplicamos tras valorar riesgos/beneficios.
De lado, con una almohada que mantenga el cuello y la espalda alineados; boca arriba, una altura media. Evita dormir boca abajo si te irrita el cuello.
Sí, con pausas activas, pantalla a la altura de los ojos y apoyo de antebrazos. Te daremos una rutina corta de movilidad y activación para intercalar durante la jornada.
OsteoStudio es una clínica de fisioterapia privada. Si dispones de un seguro médico con reembolso, puedes acudir sin problema: tras abonar la sesión, te facilitaremos una factura para que solicites la devolución a tu mutua. El reembolso suele cubrir entre el 80% y el 90% del importe o un número determinado de sesiones al año, normalmente entre 10 y 20, según las condiciones de tu póliza. Consulta más detalles aquí.
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