Los signos más habituales son los escapes al esfuerzo (toser, estornudar, reír, saltar, correr, subir escaleras, levantar bolsas), a menudo en personas mayores con la vejiga llena. Es común la sensación de humedad y pequeñas irritaciones en la piel por el contacto repetido con la orina. Algunas pacientes notan que los escapes son peores al finalizar el día o tras sesiones de entrenamiento con impacto. Conviene consultar si:
Los escapes son recurrentes o condicionan tu actividad (deporte, trabajo, vida social).
Notas progresión en la cantidad o frecuencia.
Existen síntomas asociados como dolor, escozor al orinar, sangre en la orina o fiebre.
Estás en posparto o perimenopausia y deseas retomar el ejercicio sin miedo a las pérdidas.
Cuanto antes iniciemos la valoración en consulta y el programa de ejercicio terapéutico, antes notarás los cambios en tu seguridad y control.