Lo típico es dolor en la cara lateral del hombro que aumenta al elevar el brazo o al dormir de ese lado. También puede aparecer rigidez matutina, chasquidos inocuos y sensación de debilidad al colocar objetos en estanterías o al vestirte.
Debes consultar cuanto antes si hay dolor nocturno persistente, pérdida brusca de fuerza tras un golpe o una caída, fiebre/inflamación no explicable, hormigueos que descienden por el brazo o si el dolor limita tu vida diaria más de 2–3 semanas.