Lo más típico es la rigidez matutina y el dolor al iniciar la actividad, que puede mejorar tras calentar pero reaparece al final del día o tras esfuerzos como cuestas y saltos. Al tocar el tendón duele y está sensible.
Acude de urgencia si aparece un dolor brusco como “latigazo” con imposibilidad de despegar el talón o si oyes un chasquido: podría ser una rotura del tendón de Aquiles.